Durante la gestación, el cuerpo de la mujer experimenta numerosos cambios físicos y emocionales que pueden hacer aparecer tensiones, molestias y patologías.
Desde la fisioterapia acompañamos a la mamá en esta aventura, explicando qué supone cada etapa del embarazo para el cuerpo, trabajado la movilidad, fortaleciendo la musculatura y aliviando los posibles dolores que puedan aparecer.
¿Cuáles son las patologías más frecuentes?
Dolor ciático en el embarazo
El crecimiento del bebé durante el embarazo aumenta el perímetro abdominal y el peso que debe sostener la pelvis. Además, modifica la postura acentuando la curvatura lumbar.
Si a esto le sumamos los cambios hormonales que nos vuelven más laxas e inestables, nos volvemos más propensas a sufrir dolor lumbar, sacroiliaco y ciática.
Se considera dolor ciático al localizado en el final de la columna vertebral con irradiación a miembros inferiores.
Es muy habitual sentirlo al realizar movimientos asimétricos (girarnos en la cama, salir del coche,…), al pasar mucho tiempo de pie o al final del día.
Mediante fisioterapia manual, estiramientos analíticos y ejercicios individualizados podemos aliviar el dolor y permitir que disfrutes del embarazo.
Pubalgia en el embarazo
Las últimas semanas de gestación puede aparecer dolor localizado en el pubis.
En muchas ocasiones, se debe a que la cabecita del bebé está colocada y presiona la pelvis. En otras, puede ser por el cambio hormonal y los hábitos posturales desarrollados durante la gestación.
El dolor suele aparecer de forma aguda tras estar largo tiempo andando o de pie, iniciar la marcha tras reposo y realizar movimientos asimétricos.
La terapia manual, los estiramientos y el ejercicio terapéutico en manos de un fisioterapeuta pueden aliviar este molesto e incapacitante dolor de pubis preparando un cuerpo sano para el gran día.
Dolor costal en el embarazo
El crecimiento del abdomen y el pecho durante el embarazo modifican nuestra postura disminuyendo la movilidad de nuestro diafragma y aumentando la carga dorsal.
Si a esta situación le sumamos los movimientos del bebé y largas jornadas laborales en sedestación, que reducen el espacio abdominal, puede aparecer un molesto dolor costal, sensación de restricción de aire e irradiación a la parte alta de la espalda.
La fisioterapia obstétrica nos permite recuperar la movilidad y flexibilidad de la caja torácica, trabajar la respiración y aliviar el dolor dorsal en el embarazo.
Si no liberamos este tipo de molestias puede aumentar la presión abdominal y volvernos más propensas a sufrir diástasis abdominal en el postparto.
Retención de líquidos
Las mujeres embarazadas albergan más cantidad de líquido en el cuerpo, necesario para la gestación, y su circulación se ve vuelve más lenta provocando así que los líquidos se acumulen.
El ejercicio y la hidratación son esenciales para evitar una retención excesiva que aumente la pesadez de piernas y los calambres. En ocasiones, no es suficiente y es necesario realizar drenajes linfáticos para ayudar al cuerpo a circular y evacuar ese exceso de líquidos.
Dolor inguinal
Los ligamentos y tejidos que soportan el útero aumentan hasta quince veces su tamaño, lo que supone una gran tensión y carga para ellos.
Reducir la tensión del abdomen, liberar la pelvis y relajar la musculatura y ligamentos que soportan el útero mejorará el dolor inguinal favoreciendo la evolución sin dolor del embarazo.
Coccigodinia
El cóccix es un hueso pequeño con forma de punta de flecha adherido al sacro. Su posición, el estado de la musculatura que inserta en él o haber sufrido un traumatismo previo sumado a los cambios físicos del embarazo, pueden hacer que provoque dolor.
Mediante técnicas de terapia manual, movilizaciones y estiramientos se puede aliviar el dolor.
Es importante ponerle foco desde su aparición, ya que el dolor puede perdurar después del parto.